La rocola del tiempo (parte 2)
La verdad, la verdad, la canción que marcaría Chile no fue ni Café Tacvba ni Ricky Martin sino mi mexicano cantando el "Corrido de Don Baldomero" a pleno pulmón mientras hacíamos rafting por el río Trancura en Pucón. Hacía un frío horrible y vestíamos unos neoprenos que nos habían prestado y que nos hacía ver ridículos. Afortunadamente el río no llevaba mucho caudal porque estábamos en pleno invierno. Eso no impedía que el guía le fuera dando remazos en el casco para que siguiese las indicaciones, mientras él, inmutable, seguía cantando. Si a él le enamoró el que comprara el disco de Café Tacvba a mí fue su "Corrido de Don Baldomero". A la fecha, si le dan un micrófono, lo sigue cantando.
Yo siempre digo que cuando canta me enamora, pero en realidad lo que me enamoró de él, y por lo que sigo enamorada, es que me hace reír. La vida debe ser un viaje divertido y lo mejor es conseguirse un compañero que te haga sonreír.
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