La ley zanahoria
En el año 2000 en Bogotá existía una ley por la cual los bares de copas debían cerrar sus puertas a las 12-12:30 de la noche. Esa ley era coloquialmente conocida como la ley zanahoria, la ley sana, que se había promulgado en un intento por controlar los accidentes de tráfico que se producían los fines de semana debidos al alcohol. A pesar de ello las noches en Bogotá eran una fiesta.
Solíamos ir al Mr. Babilla que estaba sobre la calle 82 todos los fines de semana. Llegábamos temprano para tener una buena mesa y cenábamos algo mientras el local se iba llenando. Sobre las diez de la noche se apagaban las luces, se retiraban los platos y se subía el sonido de la música. La gente se subía sobre las mesas, las sillas o la barra y las convertía en improvisadas pistas de baile. El ritmo corría por la sangre de los colombianos que se dejaban llevar al son del vallenato y que esquivaban con pericia las botellas y copas sobre mesas y barra.
A las 12 de la noche encendían
las luces, apagaban la música y la gente se empezaba a marchar para seguir la
fiesta en sus casas, en la calle o en unos garitos ilegales que llamaban el “infiernito”
o el “infiernazo” y a los que solo podías llegar si alguien te llevaba. El
nombre era una adelanto de lo que te ibas a encontrar. Sólo fui una vez y
recuerdo que llamamos a un timbre, alguien silbó y se abrió una puerta.
Cruzamos una cocina donde una familia se dedicaba a conversar tranquilamente y al
final del pasillo una puerta se abría sobre un gran patio donde la gente bailaba
sobre una pista mientras la música sonaba potente a través de las bocinas.
Había una barra y mesas alrededor. Desde la calle nunca hubieras adivinado que
el lugar escondía una sala de baile.
Nuestro grupo, que era mayoritariamente español, se negaba a irse cuando se encendían las luces y se volvió ritual cantar a pleno pulmón la canción "Del barco de Chanquete no nos moverán" de la serie española Verano azul que todos habíamos visto durante nuestra infancia. Con el tiempo los colombianos se nos unían.
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