La Candelaria
Durante la festividad de la Virgen de la Candelaria, según la tradición católica, se celebra la presentación de Jesús en el Templo. En España es la patrona de las Islas Canarias y se suele celebrar con procesiones, misas y en algunos lugares se hacen hogueras por la noche.
En México la festividad tiene un sincretismo con las tradiciones prehispánicas. Su fiesta coincide con el día en que comenzaba la época fértil de la tierra y se regalaban maíz o tamales para honrar a los dioses Tlaloc y Chalchiuhtlicue, el dios de la lluvia y la diosa de los ríos y los lagos respectivamente. Era la fiesta que marcaba el comienzo de la siembra del maíz. A la fecha se sigue celebrando con tamales y atole, chocolate o café.
La tradición dice que a quien le toca el niño en la rosca de Reyes está obligado a invitar a tamales el día 2. Ese día las familias visten a la figura del niño Jesús que preside sus hogares con sus mejores ropajes y lo llevan a oír misa para luego regresarlo a su lugar. Una vez en casa desayunan los tamales que trae la persona a la que le tocó el niño.
Los tamales son una comida prehispánica que también se consume en otras partes de América Latina. Recuerdo comerlos en Bogotá. Hay distintas formas de prepararlos, pero, en general, es una masa de maíz y manteca rellena de pollo o fruta y envuelta en hoja de plátano o maíz y cocida al vapor. Los hay dulces y los hay salados. Hay tamales verdes, rojos, de mole, de piña... Las recetas son múltiples: tamales oaxaqueños, poblanos o de cualquier parte de la república. Es habitual escuchar la camioneta pasar en fin de semana gritando a través de los parlantes: "tamales, tamales oaxaqueños".
Como en todo, los tamales también tienen sus ritos y sus mitos y al prepararlos hay que tener cuidado de no romper ninguna regla: no estar embarazada, cantar al prepararlos, persignar la masa, etc. Algo así como los mitos que tenemos los españoles cuando preparamos la mayonesa.
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