Las posadas mexicanas
En el México Prehispánico existía la tradición de celebrar el advenimiento del dios Huitzilopochtli durante la época invernal. En esta festividad conocida como Panquetzaliztli se solían sacrificar esclavos para honrar al dios Los españoles quisieron eliminar esta tradición sangrienta y para ello la convirtieron en una festividad cristiana. Fue el fraile agustino Diego de Soria quién solicitó autorización al papa Sixto V para poder celebrar nueve misas en celebración del advenimiento de Jesús y que dio origen a esta tradición mexicana que posteriormente se extendió por el resto de América Latina. Durante nueve días se representa el peregrinaje de María y José solicitando posada.
La primera vez que me invitaron a una posada no sabía de qué se trataba y quedé muy sorprendida. Nos dividieron en dos grupos y nos dieron velas y unos panfletos con la letanía a los adultos y bengalas a los niños: la mitad nos quedábamos dentro de la casa y la otra mitad fuera. La mitad de fuera empezaba a cantar pidiendo posada y los de dentro les contestábamos cantando que no había lugar, así varias veces simulando el pasaje bíblico.
Una vez terminada la letanía pasábamos a romper la piñata. Antiguamente eran de barro y estaban llenas de fruta: tejocote, piloncillo, naranjas, limas, etc. Mi suegro recordaba haberse llevado algún corte al romperse la piñata y caer la fruta. Hoy, afortunadamente, son de papel y en lugar de fruta le meten dulces. Se supone que son estrellas de siete picos, cada uno de ellos representando uno de los siete pecados capitales y que al pegarle a la piñata con un palo estás representando la lucha del bien contra el mal.
Normalmente los niños se forman en fila desde el más pequeño hasta el más grande y van pasando de uno en uno. Alguien hace bailar la piñata mientras todos cantan:
Dale, dale, dale,
No pierdas el tino
que si lo pierdes
pierdes el camino
Ya le diste una,
Ya le diste dos,
Ya le diste tres
Y tu tiempo se acabó.
Terminada la canción le pasa el palo al siguiente en la fila y así hasta que se rompe y caen los dulces. Entonces todos se abalanzan a recogerlos.
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